Ayer, las bolsas de valores mostraron fuerte optimismo en prácticamente todo el mundo. Subieron notoriamente. ¿Cuál es la razón?

¿Qué elementos están leyendo los inversionistas que no todo mundo puede leer? ¿Qué impacto tiene esto en México, donde mucha gente sigue pesimista, pero donde la bolsa también subió?
El indicador que ayer actuó como combustible para este dinamismo fue un dato relativo a la manufactura en Estados Unidos. El Institute for Supply Management dijo que la actividad en las fábricas en Estados Unidos se disparó en diciembre, y reveló un índice situado en 55.9 unidades (típicamente este índice revela que hay una expansión económica cuando se sitúa encima de 50 unidades). Este solo dato disparó el optimismo, incluido nuestro país, que tiene una amplísima parte de su PIB en las manufacturas —con fuerte exportación de las mismas hacia el norte.
A pesar de lo anterior, llama la atención que en el nivel de discusión pública lo que domina no es el optimismo, sino el pesimismo. Cientos de notas en radio, tele y diarios se leen estos días sobre los nuevos impuestos, el aumento en el peaje carretero, la subida del precio del Metro, las tortillas, la inflación que viene, el desempleo rampante. El énfasis en lo negativo, en lo desastroso, en lo duro de la crisis, que no queremos dejar, que queremos que siga ahí, aunque las bolsas suban.
¿A qué se debe esta paradoja? Sencillo. A que los debates público-políticos (y también los periodísticos) son más cachondos, venden más, cuando se documenta el pesimismo. Afirmar que el país va por el caño porque el desempleo está en máximos históricos o que la inflación subirá, es políticamente correcto y vende bien. Decir lo contrario, que creceremos y que ya viene la recuperación económica, no. Ojo. Ambas cosas son ciertas.
La economía es como el cuerpo humano de cualquier individuo. Tiene algún lunar feo por aquí o por allá, pero también tiene detalles estéticamente sobresalientes. Una persona puede optar por lamentarse por su espantoso lunar en el brazo o sacarse provecho por sus bellos ojos o su mirada. Los países BRIC han decidido ponerle más rímel a la mirada coqueta. Nosotros seguimos viéndonos el lunar.
motacarlos100@gmail.com

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