El índice Shanghai Composite ha sufrido un retroceso del 17% en lo que va de año y desde los máximos marcados en 2015 la caída del selectivo chino alcanza el 43%, pero los expertos creen que el desplome aún no ha terminado. Según recoge Bloomberg, desde UBS creen que el índice podría caer hasta los 2.500 puntos, lo que supondría una caída del 15% desde los niveles actuales.
En este sentido, se cree que "quizás no hayamos tocado el suelo, pero está mucho más cerca". "Tienes que ser optimista sobre un aterrizaje suave chino y la transformación económica, algo para lo que no soy excesivamente optimista", completa el experto.
El gigante asiático elevó su PIB en 2015 al 6,9%, lo que supone su ritmo de crecimiento más bajo en los últimos 25 años, si bien cabe destacar que en diez años ha multiplicado por 3,6 el tamaño de su economía. Y es que el país está llevando a cabo una transformación de su modelo económico, para pasar a uno basado en el consumo interno.
De hecho, en 2015 por primera vez el sector terciario supuso más del 50% del PIB. En concreto, se quedó en el 50,5%, lo que supone una subida de 9 puntos porcentuales con respecto a los datos de 2005.
Además, el consumo representó durante el pasado año el 66% del PIB, lo que supone un incremento de 15 puntos porcentuales en un solo año. "Ningún país había conseguido nunca rebalancear su estructura productiva tan rápido como China", considera Javier Santacruz, profesor del IEB.
En cualquier caso, los analistas esperan que el ritmo de crecimiento del país asiático siga disminuyendo en los próximos años. De este modo, consideran que este ejercicio su PIB crecerá al 6,5% y que en 2017 la subida de la segunda mayor economía del mundo se quedará en el 6,3%.
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