Samuelson y la segunda vuelta

Profesor de economía de la Universidad de Yale, investigador asociado del Centro de Economía Aplicada (CEA) de la Universidad de Chile. Doctor en economía del MIT, Doctor en estadística de Stanford e ingeniero civil matemático de la U. de Chile. Autor, junto a Patricio Navia, del bestseller "Que gane el más mejor: mérito y competencia en el Chile de hoy". Ha participado activamente en los debates de políticas públicas en Chile durante la última década.

El 13 de diciembre murió Paul Samuelson, uno de los grandes economistas del siglo XX. Si se trata de enseñar economía, existe un antes y un después del texto clásico que publicó Samuelson en 1948. Y si se trata de hacer investigación económica, Samuelson no sólo tiene contribuciones seminales en los temas más variados, sino que influyó sobre el enfoque metodológico utilizado en economía a tal punto que hace tiempo ya perdimos conciencia de su influencia. Prácticamente todos los economistas somos herederos de Samuelson.
Una de las contribuciones más importantes de Samuelson fue la teoría de las preferencias reveladas. En esta teoría, Samuelson enfatizó la importancia de juzgar la validez de las teorías económicas por la medida en que son consistentes con el comportamiento observado de las personas y las empresas. Más que preocuparse de las razones y percepciones de los agentes económicos, la idea de Samuelson fue centrarse en las conductas observadas, e igualmente importante, en aquellas que no se observan.
En estas semanas entre la primera y segunda vuelta, no deja de ser interesante aplicar la idea anterior a lo que está sucediendo en la arena política. Tanto a los candidatos como a los partidos.
Los números de la primera vuelta son elocuentes. Si Frei quiere remontar la diferencia y ganar a Piñera en la segunda vuelta, debe atraer más del 70% de los votos de Enríquez-Ominami. Además de todos los votos de Arrate. Tarea no imposible, pero de seguro difícil. Como han dicho varios analistas, Frei requiere dar un vuelco a su campaña a la brevedad si quiere tener una chance de revertir su desventaja.
La opción más evidente es que la dirigencia de los partidos de la Concertación dé un paso al lado, permitiendo el tan ansiado recambio generacional. Esta opción daría credibilidad a la promesa de Frei de renovar la política. También se haría cargo de las pifias que (casi) todos escucharon en el Estadio Nacional esta semana. Y, lo más importante, sería un reconocimiento del enorme error cometido por estos dirigentes al no haber permitido una primaria abierta para elegir al candidato presidencial de la coalición gobernante.
Las preferencias reveladas de la mayoría de los presidentes de los partidos de la Concertación están claras. No tienen la menor intención de dar un paso al lado. Lo cual significa que prefieren seguir con el poder que les da la presidencia del partido y que Frei pierda, a hacerse a un lado y mejorar considerablemente las opciones de Frei.
Analizar la conducta de Piñera bajo el prisma de las preferencias reveladas también entrega elementos interesantes. En su última edición, el semanario británico The Economist identifica el principal problema del candidato de la Alianza como "su ética empresarial y potenciales conflictos de interés". Llama la atención, a la luz de lo anterior, que Piñera haya anunciado que venderá su participación en Lan sólo si es elegido presidente. ¿Por qué no anunció dicha venta inmediatamente después de conocidos los escrutinios del 13 de diciembre? Si confiaba plenamente en un triunfo el 17 de enero, no había por dónde perderse, ya que comenzar la venta de acciones de inmediato se hacía cargo de la principal crítica que ha enfrentado durante la campaña. Aun si no confía del todo en una victoria en la segunda vuelta, vender sus acciones daría una señal inequívoca de que ha dejado de lado sus negocios y optado por el servicio público.
La pista está difícil para Frei, de eso no cabe duda. No deja de ser irónico, entonces, que la mejor indicación de que el candidato de la Concertación tiene una posibilidad de ganar el 17 de enero se infiere de la conducta de Piñera. Las preferencias reveladas del candidato de la Alianza sugieren que Frei puede ganar la segunda vuelta.

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