Venezuela: La crisis del socialismo

desde puerto la cruz.- Los países que conforman el eje del sistema capitalista mundial, a lo largo de su historia, ha sufrido crisis más o menos largas, más o menos profundas. Algunas de esas crisis se han quedado en los países donde se han generado, otras han tenido repercusiones mundiales convirtiéndose en grandes crisis. Precisamente las dos principales crisis se originaron en la economía de EEUU, una de las cuales (la crisis de los años 30), generó un cambio paradigmático en la Teoría Económica, dividiendo esta ciencia, en dos grandes bloques: La Teoría Clásica y la Teoría Keynesiana. La otra crisis del sistema capitalista, se hizo evidente a finales del año 2008. Aunque conjurar la crisis de los años 30 (iniciada con la caída de la Bolsa de Valores de New York en octubre de 1929), fue relativamente difícil, en virtud a que no se contaba con el instrumental teórico que permitiera explicar no sólo las causas de la crisis, sino los remedios a la misma, al final, en ambas situaciones, el sistema capitalista salió, no sólo airoso sino fortalecido, alejando de sí aquella sentencia en la que Carlos Marx aseguraba que el capitalismo contiene el germen de su propia destrucción. ¿Por qué lo hizo? La respuesta es fácil, el sistema capitalista aunque estaba atravesando una crisis profunda, sus fuerzas productivas estaban intactas. El sistema lo único que necesitaba era profundizar la institucionalidad y el apoyo del sector público, porque él, en sí mismo, tenía los mecanismos para su propio resurgir. No el caso de los países que conforman o han conformado en el pasado el bloque comunista o socialista, en donde inscribo perfectamente al régimen que hoy nos azota en Venezuela. En efecto, hablando específicamente de Venezuela, en nuestro país es casi imposible conjurar la actual crisis que nos afecta porque el régimen irresponsable que nos mal gobierna, liderado por ese señor que odia al país, está empeñado, no sólo en hacer mal uso de los dineros públicos, sino, y esto es lo más triste, en destruir nuestras fuerzas productivas, lo cual se observa, entre otras cosas, en el cierre de las empresas básicas de Guayana, proveedora de insumos a empresas localizadas aguas abajo; en la falta de inversión en el sector eléctrico que afecta la productividad de las empresas; en la confiscación de empresas productivas porque le da la gana al señor Chávez, como si el país fuera de su propiedad; en la falta de estímulo a la inversión privada, dada las amenazas de confiscación de las empresas; en la destrucción de vastos cultivos que nos alimentaban, condenándonos a ser un país cuya alimentación depende del exterior; en la mayor dependencia de un rubro de exportación volátil, haciéndonos un país, rentista sino muy vulnerable a los vaivenes de las otras economías; en la casi ausencia de grandes inversiones en la infraestructura del país para promover el desarrollo en el derroche de recursos públicos en malas inversiones y en regalos a otros países, en la corrupción generalizada y sin parangón que nos azota, en la delincuencia que nos asesina todos los días. Esos son los males del país y todos tienen su origen en el señor que se apropió de Miraflores.

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