El Ejército de los Estados Unidos ha acabado con la vida de su enemigo número uno y Wall Street ha abierto la sesión al alza. En los primeros cambios, el índice Dow Jones de Industriales subía un 0,45 por ciento. Un pequeño salto para una Bolsa, pero un gran paso para la humanidad, que observa cómo el cabecilla de la organización terrorista más peligrosa del mundo ha sido abatido finalmente. Las alzas eran generalizadas, aunque también moderadas. Todas las plazas europeas (Madrid, 0,33 por ciento, París, 0,26%, Frankfurt, 0,50%) y asiáticas (Seúl 1,67%, Tokio 1,57%) le siguen.Aunque también pudiera ser que a esta clara, pero tímida reacción, siguiesen otras. Esa es la opinión, al menos, de Mohamed El-Eiran, analista del fondo de inversión Pimco. Él cree que las bolsas internacionales saldrán beneficiadas. Cree que habrá pequeñas turbulencias en Asia o el Oriente Medio, pero a largo plazo la eliminación de una parte de la amenaza terrorista global será positiva.
El petróleo ha detenido su escalada, e incluso se ha corregido. Ben Laden simbolizaba la principal fuerza opositora a las democracias occidentales, y su labor consistía en sembrar muerte e incertidumbre. Ahora, aunque a Bin Laden le sustituirá otro, cabe la esperanza de que Al Qaeda no sea tan eficaz. Recordemos que el petróleo había subido un 29 por ciento en Londres por la inestabilidad en el Magreb.
Por otro lado, el responsable del fondo de rescate de la Unión Europea, Klaus Regling, ha descartado este lunes que España vaya a tener que solicitar el rescate por parte de la UE y de el FMI. Y ofrece sus razones en el diario francés Les Echos: "El ratio de la deuda española es 20 puntos inferior al de Alemania, el 60 por ciento frente al 80 por ciento del PIB". Es más, “incluso si se cumplen las estimaciones más alarmistas, el dinero necesario para apoyar al sector bancario español no excederá el 10 por ciento. Nada que ver con el 30 por ciento que ha necesitado el salvamento del sector financiero irlandés". Claro, que sus opiniones tienden a ser optimistas. Dice que tanto el BCE como el FMI "consideran que el plan de consolidación presupuestaria (de Grecia) puede tener éxito sin reestructuración de la deuda".
Es mucho decir, e incluso contando con el último plan del Gobierno griego para luchar contra la evasión fiscal, un problema mucho mayor en aquél país que en cualquier otro de Europa, y tras el que piensa ingresar 11.800 millones hasta 2013. El ministro de Economía, Giorgios Papaconstantinu, ha resaltado que "Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) alcanza entre el 25 al 30 por ciento del PIB". También ha declarado que "Creemos que 2011 será el último año de contracción de la economía helena ya que tenemos las primeras señales positivas con el aumento de los ingresos en el turismo, las exportaciones y en la recuperación de la confianza de los mercados".
No es el único mensaje que ha lanzado Papaconstantinu. Para evitar reestructurar las deudas, pide reestructurar el rescate. Es decir, dice que "es mejor ampliar el calendario de devolución de los 110.000 millones de euros que hemos tomado prestados y rebajar el tipo de interés". Y descarta recurrir a reestructurar su deuda: "una reestructuración crea más problemas que los que resuelve", ya que "debilitaría el sector bancario del país, que se propagaría a la economía real y entrañaría una grave recesión". Considera que "estamos en mitad de un túnel. Demasiado lejos para ver dónde empezamos, lo que hace que a veces olvidemos que justo evitamos la quiebra, y demasiado lejos de la salida para poder ver la luz".
Mientras, en España las Comunidades Autónomas siguen planteándose medidas para recortar sus gastos. Según informa Santiago Hernández en El País, tres autonomías sehan planteado cerrar los Tribunales de Competencia. Es el caso de Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
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