Atilio A. Borón: Cómo los “poderes mafiosos” condicionan el gobierno de Ollanta Humala

Autor de libros emblemáticos como “Aristóteles en Macondo” y “Crisis civilizatoria y agonía del capitalismo. Diálogos con Fidel Castro”, Atilio A. Borón ha seguido de cerca el triunfo de Ollanta Humala en las elecciones presidenciales de Perú. Así mismo, advierte que su llegada a la silla de Pizarro será boicoteada por los mercados internacionales, los poderosos intereses económicos de la clase empresarial peruana y la prensa de ese país, en su gran mayoría abocada a impedir que Humala fuese electo como el 101 Presidente de Perú.
¿La caída de la bolsa de Perú y la forma en que reaccionan los mercados internacionales es parte de la estrategia diseñada para evitar que Ollanta Humala llegara a la Presidencia de Perú?

Sí, forma parte de lo que se llama en Estados Unidos un SOP (Standard Operating Procedure). Son estratagemas destinadas a condicionar, de manera brutal, al nuevo gobernante. Haciéndole saber que si no se inclina ante las preferencias, orientaciones y consejos que les dan aquellos que establecen este golpe de mercado, sus días como gobernantes serían muy difíciles.
Esto no es sorprendente y era esperado. Habrá que ver ahora cómo reacciona el nuevo Presidente, naturalmente antes de que asuma. Seguro enviará un mensaje exhortando a la calma, tranquilidad, y diciendo que los fundamentos del orden económico creado en los últimos años no van a ser alterados.
De todas formas, lo que ha sucedido es un mensaje mafioso. Porque le dicen: si usted no está dispuesto a hacer lo que decimos, le paramos la economía, le derrumbamos la bolsa de valores, ahuyentamos los inversionistas; es decir, una lucha frontal de clases.

¿Un claro mensaje mafioso de cómo operan estos poderes externos sobre una decisión interna?

Así es. Ellos están por encima de la vocación popular. El pueblo le ha dado la mayoría a Ollanta y lo ha designado para ser Presidente, pero esta gente no está de acuerdo y utiliza un arsenal de armas mortíferas.
Imagínese lo que significa para cualquier economía una caída súbita de la bolsa en más de doce puntos; es una locura, pero ésas son las reglas del juego implícitas, que son profundamente antidemocráticas.

Habida cuenta de los grandes esfuerzos que hizo la generalidad de la prensa peruana para evitar el triunfo de Humala, ¿cuán frontal presume que va a ser el enfrentamiento que Ollanta Humala tendrá con este sector?

Va a depender mucho de los que haga la prensa. Por lo que hemos visto, Ollanta es un hombre muy calmo, no es una persona que se enardece fácilmente, y admite críticas muy duras. He visto una entrevista que le hicieron en la CNN y el coraje que tuvo Humala para soportar un interrogatorio que no era periodístico, sino policial.

Le preguntaban: va a privatizar, ¿sí o no? Va a nacionalizar empresas, ¿sí o no? Defiende la propiedad privada, ¿sí o no? Un interrogatorio fuera de lugar; de manera que esa va a ser la tónica.
La tónica fundamentalmente la van a marcar los medios de comunicación, más que Humala. La decisión de Mario Vargas Llosa de poner fin a su colaboración de décadas con el diario limeño El Comercio, por considerar que anticipar alegosamente una campaña contra Humala, nos permite predecir que los días del nuevo Presidente serán muy difíciles, y que la prensa lo atacará sin piedad durante el tiempo que sea necesario.

Y, a partir de este contexto, ¿podría entenderse que la era Humala que se inicia va a suponer cambios sustantivos para la forma en que operan y están conformados los grandes medios de comunicación en Perú?

Tendría que hacerse algo así. Habrá que ver si existe plafón político para producir esos cambios. Si yo pudiera aconsejar al nuevo Presidente, le diría que convoque a un referéndum como lo hizo el presidente Rafael Correa en Ecuador, con el que, por ejemplo, eliminó de plano la posibilidad de que las empresas periodísticas tengan también intereses económicos fuera del ámbito de los medios de comunicación. De tal forma, se evita que los intereses de empresas que manejan finanzas, tierras, industrias o comercio, y que además posean medios de comunicación, aparezcan a la luz pública bajo un manto de legalidad o respetabilidad que, en realidad, no tienen.

¿Cuán significativo es que Perú haya dado este viraje político en el cinturón del pacífico latinoamericano?

Es muy significativo, y vamos a decir lo siguiente. Primero: era el candidato que Estados Unidos no quería que saliera, pero salió. ¿Por qué es tan importante? Se habla mucho del Acuerdo del Pacífico, el cual tiene dos puntos fundamentales: Colombia y Perú. Más que un acuerdo para facilitar las relaciones con China, en realidad está destinado a facilitar a Estados Unidos el total control de la gran cuenca amazónica.
Para eso se necesita tener a Colombia y a Perú. En este momento, lo de Perú ya está en cuestión. Ollanta, pese a las presiones que se ejercen sobre él, difícilmente mantendrá la presencia de tropas norteamericanas en la base aérea de Iquitos, justamente la ventana peruana que mira hacia la gran cuenca amazónica.

Y el objetivo norteamericano es ése, no otro. No es abrir el comercio con China ni facilitar el acuerdo con estos países que comercian más con el Pacífico, cosa que a los norteamericanos no les interesa en lo más mínimo. Lo que les interesa es que comercien con ellos, porque el comercio de los países del TLC de América Latina con Estados Unidos es super-habitario para Estados Unidos. Pero el objetivo fundamental es hacer pie en una zona que le permita hacer un monitoreo perfecto sobre la toda la región de la gran cuenca amazónica, y eso es lo que está, ahora, en veremos.

Comentarios