Clay Erwin: La Bolsa de Nueva York subirá en los próximos meses

Clay Erwin es el máximo responsable del equipo de renta variable de JPMorgan Global Wealth Management. Bajo su batuta, 50 profesionales analizan estrategias de inversión, ejecutan órdenes de compra de acciones, crean productos estructurados... La división, con sedes operativas en Nueva York, Londres y Hong Kong, asesora un volumen global de patrimonios por encima de los 200.000 millones de dólares. Sus clientes finales son familias acaudaladas de todos los rincones del planeta.

¿Los ricos tienen también un sesgo nacional al invertir? ¿Prefieren comprar compañías que conocen?
R. Definitivamente, sí. Creo que los norteamericanos son los que están más centrados en su propio mundo. Como mi padre, que cuando le comento las oportunidades de inversión en Europa me dice que “si realmente existen, ya las encontrará General Electric, de la que soy accionista”. El extremo contrario serían los clientes que tienen las carteras más globales, por ejemplo, los clientes latinoamericanos. Los europeos estarían en un término medio.
P. A los estadounidenses, su sesgo nacional les ha acabado beneficiando, porque las Bolsas llevan siete años muy buenos...
R. Así ha sido. Y creemos que la racha se puede mantener en 2017. Nuestra visión es que, aunque la perspectiva de crecimiento de los beneficios es menor en Estados Unidos que en Europa, las probabilidades de que en Europa nos desviemos de la hipótesis principal son mayores. En Norteamérica hay menores incertidumbres para el próximo ejercicio: habrá rebote del sector energético, la economía crecerá cerca de un 2% y los beneficios empresariales aumentarán entre un 5% y un 6%.
P. ¿Qué impacto puede tener el resultado de las elecciones presidenciales?
R. Está claro que pueden contribuir a incrementar la incertidumbre, al igual que los cambios en la política monetaria de la Fed; pero, en cualquier caso, no creo que vaya a haber un cambio fuerte del S&P 500 en los próximos meses.
P. ¿Qué sectores se podrían ver más afectados?
R. El nuevo presidente no tendrá las manos libres, sino que dependerá de las mayorías que se consoliden en el Congreso y en el Senado. No creo que vaya a haber ningún cambio legislativo drástico. El sector de salud y el de la energía son los que se podrían ver más influenciados según quien gane. Otro factor es la propuesta de Donald Trump de reducir los impuestos sobre personas y empresas, y su petición para que las multinacionales repatríen el capital que tienen fuera.
P. ¿Qué oportunidades les parecen más atractivas en renta variable?

R. Nos parece que una buena oportunidad de inversión en Europa está en grandes compañías que apuestan por repartir dividendos. Algunos grandes grupos, con presencia en todo el mundo, ofrecen una rentabilidad por dividendo del 4%. Escogiendo los 25 nombres más importantes de este perfil, el inversor puede estar tranquilo. Se trata sobre todo de farmacéuticas, telefónicas, sector energético... Creemos que este tipo de acciones van a estar muy demandas durante el próximo ejercicio, por lo que confiamos en que su valor bursátil aumente.
P. ¿Y en Estados Unidos?
R. Aquí estamos en otra fase del ciclo. En este caso apostamos por los sectores de crecimiento, como el sector de salud, el de tecnología, consumo discrecional... Este tipo de empresas está aumentando sus beneficios a un ritmo de un 8% anual, sin que se haya reflejado en sus valoraciones.

P. ¿En qué pueden invertir los clientes más conservadores?
R. Una opción que nos gusta es destinar la mayor parte de la cartera a bonos corporativos de alta calidad, que ofrecen rentabilidades atractivas, especialmente en Estados Unidos, y una pequeña parte a emisiones híbridas de bancos europeos.
P. ¿Y en bonos soberanos?
R. En bonos soberanos es más difícil encontrar valor. Con los tipos de interés tan bajos, las inversiones en renta fija gubernamental acaban teniendo demasiado riesgo de duración. Los cambios en las políticas monetarias pueden provocar correcciones en la valoración de los bonos. Consideramos que las rentabilidades que está ofreciendo la deuda pública no compensan el riesgo de duración que el cliente final acaba asumiendo.

Fuente: Cincodias.com

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