La bolsa mexicana se incorpora al Mercado Integrado Latinoamericano MILA

Con la incorporación de la Bolsa de Valores de México (BVM) al Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), los inversionistas tendrán la posibilidad de comprar acciones de 750 empresas de Perú, Chile, Colombia y el país azteca, afirmó Ricardo Barrera, analista senior de Intéligo SAB (Intercorp).
“De este modo, los inversionistas deberían verse en la posibilidad de estructurar carteras de inversión más diversificadas y contar con una gama más amplia de vehículos para ganar la exposición deseada en los sectores de su preferencia”, comentó el experto.
Asimismo, Barrera consideró que el MILA, como concepto, es muy positivo para todas las bolsas que lo componen, entre ellas la peruana, en la medida que logre generar mayores volúmenes de negociación, atraiga mayor inversión extranjera, permita mayores alternativas de financiamiento para las empresas y facilite la integración económica entre los países.
El analista de Intéligo SAB confió en que con un escenario internacional normalizado y con las reformas pertinentes “seremos testigos del desarrollo y consolidación del MILA”.
Dijo que este bloque aún no ha cumplido con las expectativas, debido a diferentes factores como una coyuntura poco ideal para los mercados emergentes, así como falta de flexibilidad para mover capitales entre los países, falta de difusión, entre otros.
En el reporte MILA de junio elaborado por Intéligo SAB y las corredurías CorpResearch (Chile) y Serfinco (Colombia) se recomienda un portafolio de inversión compuesto por doce acciones de empresas de Perú, Chile y Colombia.
De este total, hay cuatro acciones peruanas vinculadas a sectores de demanda interna: Enersur, Banco Continental, Unacem y Graña y Montero.
Asimismo, entre las acciones recomendadas del mercado chileno, se encuentran dos que tienen operaciones en nuestro país: Falabella y Entel (dueña de Nextel Perú y que planea una inversión de US$ 200 millones para extender su cobertura).
Las otras chilenas son: BCI, AntarChile e IAM. Para Colombia, los valores favoritos son Grupo Argos, Davivienda y Celsia.
En los últimos años, el panorama político de América Latina ha empezado a consolidar una realidad bipolar. Mientras que algunos países han apostado de forma progresiva por el capitalismo y la apertura económica, otros han seguido un camino marcado por los viejos modelos del intervencionismo socialista. Cierto es que esta creciente fractura parece menos evidente debido a la continua sucesión de “cumbres latinoamericanas” que se celebran en la región. Así, dirigentes de una y otra tendencia se reúnen regularmente en todo tipo de citas, organizadas por una larga lista de burocracias que incluye a Unasur, ALBA, CELAC, OEA, etc. Estos encuentros permiten suavizar tensiones y mantener una cierta imagen de unidad latinoamericana, pero los hechos demuestran que la brecha económica no para de crecer.

En este contexto, no debería sorprendernos el nacimiento de la Alianza del Pacífico, un pacto suscrito por Chile, Colombia, México, Panamá y Perú que busca crear un bloque comercial de gran relevancia internacional, equivalente al 34% del PIB latinoamericano y al 50% de las exportaciones de la región.

Según los datos de la Organización Mundial de Comercio, los países que conforman la Alianza del Pacífico exportaron en conjunto cerca de USS$445 mil millones en el 2010, casi un 60% más que las ventas al extranjero de los países más proteccionistas e intervencionistas, agrupados en el pacto Mercosur. Esta cifra tiene especial relevancia si tenemos en cuenta que en los países de la Alianza del Pacífico viven casi 50 millones de personas menos que en los Estados que integran Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Igualmente, además del progresivo avance de la Alianza del Pacífico, también es importante mencionar el nacimiento del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), una iniciativa que ha supuesto la convergencia de las bolsas de Chile, México, Perú y Colombia. Esta apuesta viene a mostrar una vez más que el “bloque capitalista” latinoamericano está dando pasos de gigante en un proceso de integración regional favorable a la apertura económica.
Si bien el caso chileno es citado a menudo como el mejor ejemplo de los aspectos positivos de una economía abierta, también merece la pena destacar el éxito de otros países que han seguido un camino similar. Perú es buen ejemplo, ya que dicho país ha firmado una década dorada en la que se ha reducido la pobreza de forma espectacular, dando lugar a una economía cada vez más pujante y prometedora.
Mientras tanto, los gobiernos de países como Venezuela, Ecuador o Bolivia han decidido abrazar una estrategia diferente, más orientada al intervencionismo estatal y la planificación económica. En este contexto, asistimos a un rebrote del proteccionismo, las subidas de impuestos y la hostilidad hacia el sector privado. Por desgracia para los habitantes de estos países, los últimos estudios sobre el desarrollo socioeconómico de América Latina han vuelto a demostrar que esta apuesta es equivocada…
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