Enrique Pani, analiza La Bolsa de Valores de México

En medio de la volatilidad que impera en los mercados financieros, México tiene una posición sólida y sus empresas están en situación de analizar bien el momento para encontrar las oportunidades de salir a colocar acciones o buscar financiamiento en el mercado de deuda.
Enrique Pani, director de banca de inversión de Bank of America Merrill Lynch, expone que habrá actividad en transacciones de fusiones y adquisiciones, pero como consecuencia del crecimiento de la economía más que por las reformas por sí mismas. 
Al regresar a las filas del grupo financiero, tras un espacio de año y medio, percibe un año lleno de volatilidad con procesos electorales, pero con muchas oportunidades para aprovechar y señala que las empresas mexicanas están alcanzado altos niveles de sofisticación.
¿Cómo ha visto evolucionar al mercado mexicano?
Llevo casi 20 años haciendo banca de inversión, estuve en Nueva York nueve años pero siempre viendo México y los últimos cinco años de regreso en el país. De las cosas que han cambiado en los últimos años sobre todo está la apertura de los mercados de capital, tanto en deuda como renta variable. Hace 10 años tenías una o dos transacciones al año en acciones y cinco de deuda, hoy vemos una actividad más extensa y con una participación de inversionistas mexicanos institucionales, sobre todo las Afores, mucho más prominente.
Es un cambio radical que esperamos continúe. Hoy la coyuntura lo hace más complicado pero somos optimistas en que habrá más compañías saliendo al mercado y hay una necesidad de los inversionistas para colocar los fondos. También los inversionistas internacionales ven a México como un lugar muy interesante para salir al mercado. Sobre todo si se es un jugador que por mandato debes tener exposición en América Latina, México es hoy sin duda la mejor opción por el tamaño, volumen y crecimiento esperado y hasta el precio para buscar inversiones locales.
Otro aspecto que ha cambiado es la sofisticación de los clientes. En México siempre hemos tenido compañías muy sofisticadas, lo que estamos viendo ahora es que esa sofisticación permee más hacia abajo en términos de la escala de las compañías mexicanas. Estas viendo compañías que no tienen el tamaño de las multinacionales mexicanas históricas, pero con un grado de sofisticación muy alta accediendo a los mercados, estableciendo transacciones relativamente complejas y muy cómodas jugando y compitiendo junto a los mejores del mundo.
El tercer punto de cambio es el universo de los inversionistas que sigue creciendo. Cuando antes veíamos en la banca de menudeo a los inversionistas institucionales americanos y europeos, hoy en transacciones tanto de deuda como accionarias estamos viendo jugadores latinoamericanos y esto cambia la dinámica. Estamos viendo compañías chilenas, brasileñas volteando a México; compañías mexicanas viendo a Colombia. Este flujo transregional es algo que se ha visto más recientemente.
¿El MILA viene a cubrir esa necesidad de intercambio de flujos transregional?
Yo creo que una vez que se pueda operar indistintamente en estos mercados va a contribuir. No creo que sea el factor determinante. Creo que la integración regional obedece más a un tema estratégico de las compañías que a un tema de traiding per se. Yo veo que es una iniciativa interesante en el sentido de que vamos a buscar que los flujos se manejen de manera eficiente pero la realidad de lo que yo veo es que es un tema más estratégico de búsqueda de rendimientos.
Se habla de que el tamaño del mercado de capitales en México es pequeño ya que sólo grandes empresas pueden acceder y el apartado de Midcap no ha cumplido lo esperado, ¿qué explica esto?
Cuando eres una empresa mediana o chica, hay muchas fuentes de financiamiento que no necesariamente son del mercado de capitales. Lo que nosotros hacemos en el mercado de capitales está enfocado hacia compañías relativamente más grandes porque los inversionistas van a querer la liquidez y esto hace que la transacción tenga que ser por necesidad de un tamaño importante. En momentos de volatilidad como los que estamos viviendo, la liquidez es absolutamente crítica y por lo tanto el inversionista te va a pedir “yo sí quiero invertir en tu empresa pero necesito tener la posibilidad de entrar y salir”.
Para otras empresas hay fuentes de financiamiento alternativas y lo estamos empezando a ver con el capital privado, los famosos CKDes. Hay mecanismos que están destinados a dirigir capital a esas compañías, crecerlas y después salir a Bolsa. Los experimentos de sacar a Bolsa a compañías muy chiquitas en general no han sido exitosos.
Es un tema de qué tan desarrollado está el mercado y eventualmente espero que lleguemos a donde haya un interés del lado de los inversionistas por entrar, pero la realidad es que en la progresión de las compañías no es natural pasar de la compañía chica familiar a salir a Bolsa. Normalmente invitas a un socio, creces con él, te institucionalizas y entonces das el brinco a Bolsa y eso sí lo estamos viendo.
¿Cómo considera el escenario para los mercados de deuda?
Sigue habiendo liquidez, eso es un hecho. La gran duda es qué va a pasar con las tasas, hay preocupación y nuestros economistas en Estados Unidos piensan que será en septiembre el aumento en tasas. 
En México las empresas no están tan apalancadas, el sistema financiero está muy sano y en términos relativos tenemos una posición muy sólida, no hay grandes necesidades de financiamiento inmediato que obliguen a compañías a tomar ventanas en el mercado, no estamos en esa situación. 
Lo que vamos a seguir viendo son compañías cubriendo sus necesidades de fondeo de manera sistemática con el sistema bancario y de mercado jugando papeles muy importantes. En México el fondeo ha sido ordenado, el año pasado vimos compañías pre fondeando sus necesidades de capital para los próximos años. Lo que tenemos ahorita es volatilidad y con una incertidumbre por la subida de tasas, entonces en este escenario hay que estar bien atento buscando ventanas y salir al mercado.
En el terreno de fusiones y adquisiciones, ¿las reformas estructurales serán un detonante para su actividad en este año o con la caída en el precio del petróleo se diluyó el efecto positivo?
Yo creo que ninguna de las grandes compañías petroleras piensa a corto plazo, son negocios que por definición son de larguísimo plazo. La reforma, que es un cambio de paradigma, volcó todos los ojos sobre México y lo sigue haciendo. Para que haya fusiones y adquisiciones tiene que haber qué comprar y aquí la inversión esperada no necesariamente es para compras. Los inversionistas vienen y se establecen, lo estamos viendo en el sector manufacturero en la parte de autopartes, aeroespacial con polos de inversión y eso seguirá pasando. El negocio de fusiones y adquisiciones va a seguir creciendo conforme crezca la economía y se vea consolidación en ciertos sectores.
¿La actividad transaccional será respuesta del crecimiento económico y no por las reformas?
Yo creo que las reformas en sí van a seguir generando el crecimiento pero no creo que per sé sean un detonante de fusiones y adquisiciones. Va a ver muchas alianzas estratégicas y ya lo estamos viendo en compañías mexicanas buscando la pericia que no hay en el país.

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